¿Tan simple? A veces.

Un gran maestro quién yo he tenido la dicha de conocer le relató a 3 compañeros y yo, un cuento que, por aquello de archivarlo y guardarlo, lo voy a escribir aquí en estructura de conversación.  A él le debo mucho más de lo que puedo escribir.  Con tono calmado y elegante, él nos comentó:

Él: Si uno desarrolla una solución para un problema ingenieril en un salón de clase, se espera mucho.  Les pregunto a ustedes, si ustedes son mis profesores y yo les presento que mi solución a un problema es: “y es igual a x por z” (y = x*z), ¿qué me dirían ustedes?

Yo: Que es muy simple.

Él: Exacto.  Por lo regular hay mucho cinismo en nuestro campo.  Se los digo porque yo diria lo mismo.  Pero me puse a pensar, ¿qué pasa si jugamos con la solución?  En vez de ‘y’, pongámosle otro nombre.  ¿Qué tal ‘v’?

Nosotros: De acuerdo.

Él: Bien.  Ahora, cambiemos las demás letras: en vez de ‘x’, llamémosla ‘i’, y en vez de ‘z’, llamémosla ‘r’.  ¿Qué tal de la solución ahora?

Nosotros: “v es igual a i por r”.  ¡La ley de ohm!

Con una sonrisa, se nos acercó.  Ajustando su postura en la silla pegada a la mesa donde nos encontrábamos, siguió:

Él: Correcto.  ¿Ha cambiado la ecuación? La fórmula sigue igual.  Sigamos con el ejercicio.  En vez de ‘y’, llamémosla ‘f’.  En vez de ‘x’, coloca la letra ‘m’, y en vez de ‘z’, coloca la letra ‘a’.  ¿Qué tal ahora?

Nosotros: “f es igual a m por a”.  Fuerza es igual a la masa por aceleración.

Él: ¿Ya ven el problema con nosotros profesores al evaluar soluciones de problemas?  ¿Cuánto habrá tardado Ohm, o Newton el sacar esas soluciones que hoy persisten como leyes?  Y hoy en día, nosotros como profesores, a veces perdemos noción de éso.  Esperamos que las soluciones que desarrollen los estudiantes en los cursos de diseño tengan muchas cosas exóticas, como si eso fuera a comprobar un conocimiento de ingeniería.  En la realidad, nosotros como ingenieros estamos para servirle a la sociedad.  Estamos para desarrollar soluciones inteligentes, al mas bajo costo.  No estamos para desarrollar soluciones exóticas para que puedan cumplir con la aprobación de ciertos profesores. Es más, continuemos el ejercicio una vez más.

Digamos que en vez de una variable ‘z’, yo digo que mi solución tiene una constante.

A éste punto, ya yo no podía contener mi emoción.

Él: Digamos que esa constante, yo la llamo ‘c’.  Nuevamente, hagamos que ‘x’ sea una variable ‘m’.  Ahora hagamos ‘y’ la letra ‘e’.  Entonces, vamos a decir, que para que la ecuación se mantenga, tengo que cuadrar la constante c.

Cuando dijo eso, no tuve remedio mas que sonreir.  Mis colegas estaban riéndose también.

Él: Por sus sonrisas, me imagino que ya saben para dónde voy.  ¿Cuánto trabajo sufrió Einstein para decifrar la relación de masa-energía? ¿Cuánto tuvo que pensar para poder decir que la energía se relacionaba a la masa por medio de la velocidad de la luz? Yo personalmente considero que,

Una solución fue hecha,
y tiene trabajo detrás,
¿qué importa todo lo demás?
¡Viene de mente con mecha!
Trabaja para la fecha.

La solución en mirilla,
que puede ser muy sencilla,
vale sobre quién utilizó,
un circuito que complicó,
para prender una bombilla.

Y con eso nos despidió.  Cerveza en mano y manos a la obra, que el maestro tiene razón carajo.